En España nos encontramos ante un futuro de sequía a corto y medio plazo con las reservas de agua en unos niveles (muy bajos) que han hecho encender las alarmas que ya estaban en pre-alerta des de 2016 cuando las precipitaciones empezaron a escasear. Actualmente nos encontramos en un 32,4% de capacidad de los emblases destinados a uso consuntivo (no se incorporan los datos de embalses hidroeléctricos). Para tener datos sobre los que poder opinar, sólo hay que pensar que entre 2014 y 2016 ya llovió un 6% que la media anual, que la temperatura media anual a aumentado 0,9grados, que el el % del uso de agua para regadío representa el 85% del consumo total de agua en España, que el uso de desalinizadoras es todavía escaso por su alto consumo energético (aquí habría que revisar si estamos nos haciendo el harakiri a camara lenta con el «no uso intensivo» de las energias renovables), que el trabajo de concienciación es lento y deberan pasar varias generaciones o graves crisis para que el efecto particular sume de forma masiva, entre otras consideraiones.
Según los datos recogidos por el ministerio de Agriculura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, los datos indican que estamos unos 15,1% por debajo de lo recogido hace 10 años, situándonos ante un panorama muy complejo que, de no llenarse ahora buena parte de los pantanos de la peninsula habrá que pensar en aplicar más medidas restrictivas.
Recordemos que actualmente ya hay planes de emergencia y de restricción aplicados en provincias y comarcas de Castilla León, Navarra, Galicia, Asturias, Murcia y Lleida entre otras tal como se muestran en los planos de indicadores de sequía facilitados por el ministerio.
Las prespectivas a corto plazo, como decíamos al principio, no son alentadoras y nos enfrenta a tener que:
- Tomar decisiones e implementar estratégias a nivel de empresa y a nivel personal (pienso en el ámbito familiar, ocio, etc)
- Participar en los protocolos establecidos siguiendo las inicaciones (estar alerta de las restricciones en consumos por persona y habitante)
- Participar de la concienciación social sobre la necesidad de gestionar correctamente el consumo de agua
- Cambiar hábitos en el consumo de agua nivel personal (hogar).
Los hábitos a nivel personal o de uso doméstico son quizás a los que más artículos y bibliografia se le ha dedicado por tener un peso importante en el consumo global pero a nivel de empresa, y en aquellas empresas donde su uso es imprescindible, el trabajo de asesores y personal cualificado que permita medir y establecer mejoras es imprescindible.
En el caso de empresas del sector de la jardinería y paisajismo, en general, esta situación les afecta de forma indirecta ya que no trabajan directamente ofreciendo un producto basado en el agua (como pueda ser el sector de los curtidos, de la manipulación de alimentos, trenes limpia-coches, por poner unos ejemplos). Las alternativas son varias y pasan des de cambiar las especies a trabajar con jardines secos. A continuación pasamos a enumerar unas cuantas alternativas que pueden ser usadas de forma individual o conjunta por empresas para ofrecer nuevos servicios y/o productos siempre enfocados a resolver el problema de CÓMO MANTENER LOS JARDINES Y ZONAS VERDES EN PERIODO DE SEQUÍA:
- Ofrecer servicios de auditoría en consumos de agua junto con unas soluciones basadas en modificar el tiempo y momento de riego
- Ofrecer una reducción de consumos de agua mediante un cambio de sistema de riego (uso de sistemas de riego más eficientes)
- Redistribuir la vegetación para asegurar que en una zona verde se cumple el ratio de 1,5 litros/m2·día en el total de la superficíe – valor standar en varios planes de sequía destinado a zonas verdes -.
- Re-diseñar los planes de mantenimiento urbano de zonas verdes para adecuarse a las limitaciones de consumos de agua mediante una revisión de qué zonas regar y cuáles no regar, definiendo a su vez los momentos del día en que regar y sobre todo qué materiales usar para mejorar la permanencia de agua en el suelo (ver acolchados y/o sistemas de muclh)
- Conectar plantas de depuración de agua con centros de trabajo que necesitan riego con aguas procedentes de depuradora.
- Implementar labores del suelo antes de regar para mejorar la permeabilidad del suelo (a combinar con el uso de acolchados)
- Aportar planes de mejora del % de materia orgánica en parterres, alcorques, etc para asegurar un % en la retención de agua (suelos pobres en materia orgánica tienden a compactarse y retener mal -o excesivamente o todo lo contrario- el agua disponible por las plantas).
- Uso de sensores de humedad en el terreno. Aquí la diferencia entre sensor de lluvia y sensor de humedad es importante ya que si de lo que estamos hablando es que no hay suficiente agua por que no llueve, parece un sinsentido poner sensores de lluvia, no? Es mucho mejor usar sensores de humedad que nos permiten llevar nuestros cultivos casi (y aquí recalco lo de «casi») a un punto de marchitez permanente . Evidentemente esto supone tener un concocimiento total de cómo trabaja nuestro suelo, de sus características, etc para llevarlo al máximo de su rendimiento. Es una técnica arriesgada pero realizarla cuando aún es posible regar para recuparar las plantaciones puede ser una estrategia que nos ayude a mantener plantaciones durante largos periodos de sequía sin regar. Aprovechar estos momentos (estos próximos meses para profundizar en su conocimiento, técnica de uso en cada tipo de suelo y cultivo, etc nos puede permitir gestionar mucho mejor los cultivos).
Evidentemente que en cada sitaución o caso habrá matices o soluciones distintas a la hora de afrontar un panorama complejo como es el que se nos plantea a corto/medio plazo con la apliación de planes de emergencia de sequía. Aún así no podemos tener una actitud pasiva o simplemente contemplativa ya que no aporta soluciones e empobrece nuestro sector.
Imagen obtenida en diario16