Por lo general, la gente no suele poner atención sobre lo que conocemos comúnmente como verde. Plantas, musgos, algas, líquenes, etc los encontramos a nuestro alrededor. Y muchas veces (la mayoría) en forma no natural. Es decir, en forma de medicamento, alimento transformado (café, infusiones, verdura, …) o hasta de elemento embellecedor (flores en un jarrón, plantas para decorar nuestro despacho y hacerlo más natural y acogedor, etc).
Si reflexionamos sobre las veces que las podemos observar, utilizar y cuidar veremos que son muchas más de las que en un principio pensaríamos. Es por eso que hoy hemos querido exponeros la necesidad, aunque sea sólo por unos instantes, que cuando salgamos a la calle y veamos malas hierbas, dejemos a un lado ese adjetivo. Son plantas, ni buenas ni malas. Cuando tomemos una infusión pensemos en la forma que tiene una planta del té (Camellia sinensis), o cuando comamos unos maki, pensemos en las grandes praderas de algas que habitan los fondos de océanos y mares.
Este tipo de pensamiento no va de ser más sostenible, ni por ser el día mundial del medio ambiente ni por ser más o menos ecologista.
Esto va de ser conscientes de dónde nos encontramos y que sin cada una de las partes en bune estado de este “todo” que es el planeta, todo queda afectado.
Nosotros apostamos por poner en valor a este aspecto (la vegetación como elemento básico del ser humano), con nuestro trabajo, con la formación que damos (y que recibimos también), con la apuesta de usar bajos consumos de agua, etc.
¿Cómo lo veis vosotros?